En el mes de junio el pueblo Mapuche celebra su año nuevo con una festividad que dura todo el mes. El Atoj Antoño estuvo en Santiago – Chile, conversando con las hermanas Mapuches que nos recibieron con mucho cariño.
¿Cuéntenos sobre usted y su organización?
Mi nombre es Rosa Martines Catril. Nací en pleno campo. Me vine mas o menos de 15 años a Santiago, me crié trabajando, me case, tuve tres hijas y un hijo. Tengo como 15 nietos y también soy bisabuela.
Después de que me quede sola, falleció mi esposo el 83, me metí en social, de Mapuche organizado “Meliguchanmapo”. De esa organización aprendí mejor mi cultura para esparcir a mis hijas, para enseñar ¿no? de ahí me pidieron que ayude a otra organización que se llama Petumonele. Como era muy lejos y me vine acá en mi comuna soñé que nos daban un espacio muy grande y que bailáramos si queríamos, corríamos hiciéramos lo que quisiéramos. De ahí dije: Este sueño no puede ser así no más. Vamos a hacer nuestra organización porque nuestra gente esta en el aire, no esta organizada, no esta agrupada. La pensamos con mi hija Laurita e hicimos la organización para trabajar en lo social, con todos los indígenas jóvenes, personas mayores. Visitamos y aquí estamos trabajando, pedimos anteojos para nuestras hermanas, placas dentales y también tenemos grupos de médicos. Enseñamos para ser médicos profesionales(*), todas mis hijas son médicas profesionales. Ellas dieron clases 8 meses a los chiquillos, los llevamos a donde estudian y dieron prueba (º) Quedaron muchos, se recibieron y están trabajando. Ahora tenemos otro grupo de cómo 28 jóvenes que están estudiando y están por recibirse para trabajar en los hospitales.
Trabajamos enseñando la lengua, la historia, la cultura. También he trabajado en la universidad enseñando la cultura. Tengo certificado para poder hacer clases en la escuela o cualquier lado. Todas mis hijas trabajan en lo social, trabajan en la escuela.
¿Cómo participan los niños en las fiestas del We Tripantu?
Los niños saben la cultura, bailan, les gusta asistir, nunca dicen ¡ay que dirá la gente! No, ellos son orgullos. Bailan su baile, su Mapudungun (idioma mapuche) y son felices.
¿Que les diría a los niños, jóvenes y adultos bolivianos?
Les diría a los jóvenes bolivianos que pongan empeño de tener su cultura, su frente muy en alto, todo su ser, su corazón, que leven su cultura en la sangre, que jamás se avergüencen. Al contrario tienen que tener la frente muy en alto de ser indígena y que trabajen en lo social. Enseñando la historia, el idioma que nunca se debe perder. Al contrario, lo tiene que esparcir los que no saben tienen que aprender en clases.
º Examen de admisión a la universidad