domingo, 17 de agosto de 2008

Arte, compromiso y ética, desde el teatro de figura.


Maldigo la poesía concebida como un lujo
Cultural por los neutrales, que lavándose las
Manos se desentienden y evaden.
Maldigo la poesía de los que no toman partido
Hasta mancharse.

La poesía es un arma (Fragmento).
Gabriel Celaya.


A un artista de los títeres, le toca dirigirse al publico, más limpio en conceptos de vida, más claro en sus opiniones, recordemos el racismo se aprende, los niños llegan limpios los adultos los mal forman, no quisiera ver otra cosa, que la cantidad de veneno que les administraron y como, a los habitantes indígenas de la ciudad Sucre, para que ellos golpearan y humillaran, a los indígenas de los pueblos del interior, quiero saber el grado de veneno para contrarrestarlo, ellos confundidos no notaban que eran iguales, solo con ropas diferentes, a las mujeres y hombres que ofendían y golpeaban, y a los niños que aterrorizaban, y así sabiéndolo yo aplicar más magia en mis trabajos teatrales, cuentos de la fantasía de lo justo, sueños realizables un mundo para vivir con respeto para todos, donde la justicia no tenga intereses, y se aplique concreta, donde el malo de verdad pierda, trabajos donde el niño latinoamericano se sepa, reconozca su verdadero rostro, en los cuentos que mirara en escena, tomados de la voz de sus ancestros, sus raíces culturales, los que hacemos este teatro, tenemos el privilegio de iniciar a la cultura y el arte, a los niños, pero tenemos el conocimiento necesario los titiriteros, en lo personal veo que no se sigue una tendencia de verdadero compromiso, las obras en su mayoría que se presentan en las carteleras, están entre lo comercial, tradicional y lo gris, pero no todo es así agraciadamente, hay muy buenas propuestas en América, claro que no se debe caer en el panfleto, aunque esto es un verdadero riesgo para quienes hacen teatro de contenido, y con compromiso con la verdad y la justicia, se puede perder la idea de equilibrio entre contenido y forma, pues es muy tenue la línea entre chusque-dad y buen gusto, entre arte sugerente y contenido directo, entre creación artística y propaganda política, vigilar el concepto es primordial, y con los cuentos adecuados podemos inculcar en los niños, principios básicos, sobre lo justo y lo verdadero, sin caer el los conceptos comerciales repetitivos y lineales, debemos pensar como tratar el tema de la justicia frente a los niños, hacer una historia donde frente a un evidente atropello, él público infantil tenga que tomar partido, y participe en las improvisaciones para que por lo menos ahí “gane la justicia” por ahora, por que más temprano que tarde ganara la razón y la verdad.

Ignacio Larios Nieves
La Cucaracha
Guadalajara - México
Especial para El Atoj Antoño